Frenar la crueldad animal, un deber social
- LAURA DANIELA BARRAGAN GARZON
- 14 abr 2023
- 3 Min. de lectura
Autor del artículo: ExpokNews
Fecha de publicación: 8 marzo 2023

Cuando el virus SARS-CoV-2 comenzó a propagarse y convertirse en una pandemia hace más de dos años, hubo un término que comenzó a ganar fuerza: zoonosis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una enfermedad zoonótica como cualquier enfermedad que se transmite naturalmente a los humanos a partir de un animal vertebrado. Se estima que alrededor del 45 % de las enfermedades zoonóticas en todo el mundo son causadas por virus, y el COVID-19 está asociado con estas enfermedades.
La sociedad reaccionó con miedo ante la emergencia sanitaria, especialmente hacia los murciélagos, ya que algunos especialistas indicaron la posibilidad de que el virus hubiera surgido de esta especie. Esto reveló la necesidad de replantear diferentes aspectos, como el papel de las empresas en el sistema alimentario, el trato que se le da a los animales y su relación con las enfermedades, el cambio climático y los problemas éticos.
Es importante que se realice una reflexión sobre la relación entre los humanos y los animales, ya que la mayoría de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas. Además, es necesario repensar la producción de alimentos y la explotación animal, así como considerar el impacto del cambio climático en la salud pública y animal. Esto implica una necesidad urgente de cambio en nuestras prácticas y comportamientos, tanto en la industria como en la sociedad en general, para proteger la salud humana y animal y preservar el medio ambiente.
En la actualidad, el bienestar animal se ha convertido en un tema cada vez más relevante para las empresas. En este sentido, es importante tener en cuenta que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha establecido el ODS 12 como objetivo de desarrollo sostenible, que se centra en la producción y el consumo responsable.
Este objetivo implica tanto a los consumidores como a los productores, así como a la gestión de la cadena de suministro. Además, se trata de desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, aumentar la eficiencia en el uso de los recursos y promover estilos de vida sostenibles para todas las especies. En este sentido, las empresas tienen un papel clave en la promoción del bienestar animal y en la reducción del impacto ambiental de sus operaciones, lo que a su vez contribuye al logro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Es momento de decir adiós a la crueldad animal
El Bienestar animal implica respetar la libertad de los animales en cuanto a las condiciones de su vida y muerte. Las iniciativas privadas juegan un papel importante en la prevención de la crueldad animal, y organizaciones como Mercy For Animals trabajan para construir un sistema alimentario compasivo. Según Alejandra Manzanares, directora de relaciones corporativas para el bienestar animal de la Sociedad Latinoamericana de Humanidades Humanitarias para los Animales, los cambios de política en las empresas de alimentos podrían reducir el sufrimiento de miles de animales. La implementación de políticas de bienestar animal y compromisos públicos para eliminar la crueldad hacia los animales, como eliminar las jaulas de la cadena de suministro de huevos y agregar opciones basadas en plantas a los productos, es un buen lugar para comenzar.
En conclusión
las empresas juegan un papel importante en la reducción del sufrimiento animal y la promoción del bienestar animal en sus cadenas de suministro. Muchas empresas se han comprometido a eliminar las jaulas de sus cadenas de suministro de huevos, lo que demuestra su preocupación por el bienestar animal y la importancia que los consumidores le dan a la causa. Además, la disponibilidad de productos veganos está aumentando, lo que demuestra que las empresas están respondiendo a la demanda de los consumidores de productos libres de crueldad., Al promover el bienestar animal, las empresas pueden fortalecer sus estrategias comerciales y mejorar su reputación, al mismo tiempo que contribuyen a un mundo sostenible y saludable ahora y en el futuro. Es importante que tanto los consumidores como las empresas se comprometan con prácticas más éticas y sostenibles en sus cadenas de suministro y opciones de consumo.
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